Declaración de Principios del Winter Caucus

El capitalismo es un sistema basado en la explotación, que nos roba nuestro tiempo, libertad, dignidad y creatividad. Cada día, la clase capitalista aumenta su dominio sobre nuestras vidas, no sólo en nuestros lugares de trabajo, sino también con respecto a dónde vivimos, cómo recibimos atención para nuestra salud y bienestar, quién controla nuestras instituciones públicas - incluso nuestro tiempo libre para disfrutar de los primeros días de la primavera, jugar con nuestros hijos, o estar allí para nuestros seres queridos en tiempos de necesidad. A escala mundial, la búsqueda incesante de beneficios amenaza a la humanidad con el espectro de la crisis económica, la catástrofe ecológica y la guerra.

El socialismo es un sistema en el que la economía es planificada democráticamente por la clase trabajadora en beneficio de toda la sociedad. Como marxistas, tenemos la tarea de construir la conciencia y la capacidad de los trabajadores para luchar por la transición del capitalismo al socialismo. Debemos cultivar la organización y la lucha en y a través de nuestros lugares de trabajo y comunidades, forjando una auténtica solidaridad entre compañeros de trabajo y uniendo a nuestra clase como clase obrera, hacia la auto-emancipación colectiva.

… que sea capaz de unificar nuestras fuerzas y vincular las campañas de un solo tema para aumentar los salarios, mejorar la vivienda y la asistencia médica universal con el objetivo general de avanzar en el socialismo.

El DSA debe asumir un papel de liderazgo en la creación de un movimiento obrero altamente coordinado e independiente que pueda sentar las bases de un partido socialista de masas, que sea capaz de unificar nuestras fuerzas y vincular las campañas de un solo tema para aumentar los salarios, mejorar la vivienda y la asistencia médica universal con el objetivo general de avanzar en el socialismo. Para ello, debemos luchar por un movimiento obrero cada vez más combativo y eficaz, por la democracia en nuestras organizaciones para elevar la lucha de clases en cada punto de conflicto potencial.


Los siguientes principios nos unen como grupo:

1. Trabajadores y Sindicatos

La organización en el lugar de trabajo y los sindicatos son un vehículo importante para elevar la conciencia de clase, desarrollar la capacidad de lucha y construir la organización de clase. Los socialistas deben apoyar y participar en la sindicalización, las huelgas, las acciones en los centros de trabajo, las negociaciones y la reforma sindical siempre que tales actividades contribuyan a los objetivos mencionados. Pero no debemos detenernos ahí.

La realidad es que la iniciativa capitalista (la fuga de capitales, la economía “gig”, etc.), la legislación laboral existente (La Ley Wagner, Taft Hartley, etc.) y los enfoques dominantes del sindicalismo (el sindicalismo artesanal, las prácticas antidemocráticas, etc.) socavan la capacidad de los sindicatos para evolucionar hacia un poder de clase obrera. Además, la mayoría de los sindicatos existentes no sólo no están interesados, sino que son incapaces de organizar a grandes sectores de la clase trabajadora. Esto se suma a los desafíos inherentes al progreso más allá de los intereses más estrechos de los trabajadores, ya sea por sector, oficio, empleador, o frente de la “casa” o la parte trasera de la “casa”. Por lo tanto, los socialistas deben liderar las luchas en el lugar de trabajo y en los sindicatos para avivar la conciencia de clase y ayudar a realizar el potencial de estas luchas para construir algo más grande.

Sin embargo, todavía hay otro obstáculo importante: la captura de los sindicatos por parte del Partido Demócrata.

2. Un Partido Socialista de Masas

Necesitamos un movimiento y un partido político para la clase obrera que se base en los principios marxistas, donde el movimiento socialista se fusione con los trabajadores radicalizados para ganar una masa crítica de apoyo de la clase obrera. Juntos, nuestra lucha será para superar el capitalismo e implementar la transición al socialismo.

En Estados Unidos, los capitalistas dominan la política a través de los dos principales partidos, muchos de los sindicatos existentes, cualquier ONG (Organizaciones No Gubernamentales) que no esté financiada exclusivamente por sus miembros y todas las fundaciones benéficas. Mientras tanto, la clase trabajadora no tiene voz, y mucho menos control, en sus lugares de trabajo individuales o en la arena política. Una toma de posesión del Partido Demócrata por parte de la clase trabajadora con el argumento de que es el "más progresista" de los dos partidos capitalistas es un callejón sin salida. La lógica subyacente del Partido Demócrata está dictada por los intereses del capital, que son antagónicos a los nuestros. La función de este partido en el capitalismo es funcionar 1) como una oposición controlada; y 2) ser un mecanismo por el cual la clase dominante puede difundir cualquier energía popular que podría ser aprovechada para construir una sociedad verdaderamente democrática. Rechazamos los esfuerzos de las secciones de la DSA por disputar los puestos de liderazgo del Partido Demócrata a nivel local. También rechazamos las ideas y los grupos que existen dentro de DSA que canalizan nuestros esfuerzos en coaliciones de ONGs- donde DSA es el socio menor y sólo puede movilizar a los activistas.

Los trabajadores están hambrientos de una alternativa coherente a la farsa del bipartidismo. Por lo tanto, debemos trabajar para construir una organización política de pleno derecho que abarque mucho más que las elecciones, una que proporcione coherencia y dirección a las diversas luchas de los trabajadores de manera que adquieran un carácter de clase, en lugar de meramente seccional. Operar como partido permitirá que nuestra organización sea más eficiente, que llegue a más gente y que opere a mayor escala.

3. Disciplina Electoral

Creemos en presentar candidatos socialistas cuando y donde nuestro movimiento sea lo suficientemente fuerte como para que estén realmente subordinados a DSA. Respaldar a los progresistas que emplean una teoría liberal del cambio una vez en el cargo es contraproducente. La falta de normas ha llevado a los elegidos de la DSA a capitular ante el Partido Demócrata en cuestiones de política interior y exterior. El DSA debe presentar sus propios candidatos, auténticos socialistas, que estén sujetos a un alto conjunto de normas y a una disciplina democrática durante la campaña y en los cargos electos. Estos candidatos deben llevar a cabo una auténtica política de oposición y utilizar la plataforma de los cargos políticos para agitar el socialismo, reclutar para el DSA y llevar a la gente a organizarse más allá de las urnas de votación.

En muchos lugares, la DSA carece de la fuerza necesaria para participar adecuadamente en la política electoral y las campañas pueden consumir valiosos recursos que podrían utilizarse mejor en otros ámbitos. Construir un movimiento fuerte fuera del ámbito electoral hará que sea mucho más fácil responsabilizar a los candidatos socialistas y que nuestro movimiento sea más duradero. Nuestros esfuerzos electorales deben tratar de reforzar y trabajar en conjunto con las confrontaciones políticas directas con los capitalistas y sus agentes -sindicalización, democratización de los sindicatos existentes, huelgas de alquiler, sindicalización de los inquilinos, etc.

4. Democracia

La democracia, ya sea en DSA, en los sindicatos o en la sociedad en general, significa que los miembros son siempre el órgano más importante de decisión. Las organizaciones más fuertes son las que tienen un mayor compromiso de sus miembros. Si queremos creer en la capacidad de los trabajadores para desarrollar la conciencia de clase, debemos creer también en su capacidad para participar activamente en un órgano democrático. Las bajas expectativas y las presunciones de ignorancia son condescendientes y crean pocos incentivos para que los dirigentes se sometan de forma significativa a las bases. Los afiliados deben votar, mantenerse comprometidos y hacer oír su voz para ejercer una verdadera propiedad sobre una organización.

Aunque reconocemos la necesidad de centrar la afiliación, también nos oponemos al horizontalismo sin estructura. Para que las organizaciones tengan éxito, debe haber responsabilidad y las decisiones tomadas democráticamente deben tener consecuencias. La capacidad de un miembro para trabajar en apoyo de una posición mayoritaria establecida por la membresía general es igualmente importante que la libertad del miembro para avanzar en ideas potencialmente impopulares. Al promover los sistemas de votación proporcional, que fomentan la participación y permiten que los electos reflejen plenamente a sus electores, tratamos de dar a cada vez más personas las herramientas para participar, organizarse y liderar. Es de suma importancia practicar estos ideales democráticos dentro del DSA para trasladar mejor estos principios al lugar de trabajo y a otros proyectos políticos socialistas.

5. Solidaridad de Clase

La lucha de clases es la fuerza principal del cambio social y político.La solidaridad como clase obrera en su conjunto es necesaria para enfrentarse a la clase capitalista que utiliza los prejuicios para dividirnos y que nunca les hagamos frente. Nos oponemos a la política de identidad no porque nos opongamos a las luchas por la liberación de grupos de formas particulares de opresión, o porque neguemos la existencia de esas opresiones. Reconocemos que estas luchas conciernen a toda la clase trabajadora y que, por lo tanto, deben ser llevadas a cabo por ella.

Las políticas identitarias son un proyecto de una clase política de élite. Pretenden mantener su rollo de intermediarios, pretendiendo representar los intereses de tal o cual grupo, pero en realidad protegen y se benefician de su posición de guardianes. Pensemos en las organizaciones sin ánimo de lucro del movimiento que utilizan una retórica y un espectáculo radicales (e incluso socialistas), pero que dependen económicamente de la maquinaria del Partido Demócrata y sirven a sus intereses. Esto cierra el potencial para el tipo de organización de masas de la clase trabajadora que puede desafiar fundamentalmente el orden social y económico. Si nos unimos como clase entera, algún día podremos ser dueños y dirigir la panadería, no sólo luchar por un trozo más grande del pastel.

En la práctica, nos mantendremos enraizados en la forja de la solidaridad de clase dando prioridad a la organización hacia el exterior en los puntos de conflicto de clase, construyendo organizaciones financiadas y dirigidas por sus miembros, y comprometiéndonos directamente con la gente en los lugares donde vivimos y trabajamos.

6. Internacionalismo

La lucha de clases, es una lucha global. La lucha contra él capitalismo no está limitados por las fronteras. Si queremos enfrentarnos al capitalismo y al imperialismo, los socialistas deben organizarse como un movimiento global. Establecer relaciones con los partidos socialistas y obreros de todo el mundo, es esencial para nuestra lucha común contra el capitalismo global y el neoliberalismo. Los socialistas en el extranjero, muchos de los cuales están liderando movimientos exitosos en sus propias naciones, tienen perspectivas y experiencias valiosas que no pueden ser ignoradas. Queremos crear un entendimiento y un movimiento común como una única clase trabajadora a través de todas las fronteras e idiomas.